Manejando de noche.

 

A veces manejamos en una carretera de día, a veces nos toca manejar de noche. Durante el día, cuando manejamos el futuro se ve como el camino a seguir donde tenemos una idea clara del final, y conocemos el futuro inmediato: el camino que se alcanzaa ver unos cuantos kilómetros adelante de nosotros.

En otras ocasiones la carretera se vuelve oscura, pues la noche ha caido sobre nosotros. Nos ayudamos prendiendo las luces del automovil pero en realidad solo vemos lo que está directamente delante e nosotros. No es posible admirar más, a los lado de la carretera es oscuro, adelante de los 500 metros que alumbra nuestras luces, todo son sombras y oscuridad. En esos momento debemos moderar la velocidad y estar más alertas a los cambios próximos en el camino. Pues tendremos muy poco tiempo para reaccionar en caso de una aventualidad.

Algo parecido veo mi futuro. Hoy inicio con un proyecto que llevo casi un año persiguiéndolo, y que para mí significará un cambio radical en mi vida, de mucho beneficio. Sin embargo, me confieso muy nervioso por que de momento, en este arranque no alcanzo a ver más alla de los 500 metros de distancia. Se que salgo hoy de la ciudad, se que volveré en esta misma semana para que la siguiente volver a salir y ahora sí, iniciar el proyecto que durará unos 4 o 5 meses.

Se que mis retornos en esa temporada serán muy cortos y separados (tal vez dos o tres días al mes), sé que si salgo bien de este proyecto tendré la oportunidad de otros mejores, sin embargo, me siento como cuando manejo de noche.

¡Y a mí que siempre me ha gustado manejar de noche! Ahora estoy sintiendo lo estragos de hacerlo. Habré de disminuir la velocidad del trayecto, podré mucha atención al camino, vigilaré perfectamente las orillas del mismo, llevaré y consultré un mapa que me oriente aún de noche, con el tiempo surgirá el sol y este mismo camino será mas claro.